Pepita Carpeña
Pepita Carpeña, cuyo nombre real era Josefa Carpena-Amat, nació el 19 de diciembre de 1919 en el barrio de Pueblo Seco de Barcelona, en el seno de una familia trabajadora formada por seis hijos, de los cuales dos murieron durante su infancia.
Su padre, miembro de la CNT, era albañil. Cuando Pepita tenía doce años, su padre se quedó sin trabajo y la familia sufrió los rigores de la penuria económica. Su madre hacía cualquier trabajo que le ofrecían para sacar adelante a la familia. Pepita, siendo consciente de esa situación, encontró trabajo como aprendiza en una fábrica de impermeables, aprendiendo más tarde el oficio de costurera en una sastrería.
A los catorce años, siguiendo los pasos de su padre, Pepita se unió a la Federación de Juventudes Libertarias, donde tomó contacto con las obras de Rousseau, Anselmo Lorenzo y Bakunin, entre otros.
La guerra civil
Llegado 1936, ya estaba involucrada muy activamente en organizaciones libertarias como la CNT y la Federación ibérica de juventudes libertarias. El 18 de julio de 1936 tomó parte en la Revolución y, dos días más tarde, participó en el asalto al cuartel de las Drassanes de Barcelona. Entonces manifestó su deseo de unirse a la columna anarquista de Durruti, pero Buenaventura le dijo que sería más útil en la parte trasera. Más tarde, el 17 de noviembre se unió a la compañía de Pedro Pérez Mir, quien murió en el frente. También participó en los actos de mayo de 1937. En esas fechas, concretamente a finales de ese año, se unió al movimiento anarco-feminista Mujeres Libres, llegando, más tarde, a ocupar el puesto de secretaria de propaganda del comité regional de Cataluña. En esa época trabajaba en una fábrica de armas. En esa organización participó activamente impartiendo conferencias en pueblos e, incluso, en el frente. Fue entonces cuando conoció a Emma Goldman.

«Me di cuenta de las injusticias sexistas en la vida diaria ya que estos fueron sufridas por todas las mujeres. Hoy como ayer, tengo la misma opinión: a pesar de la evolución de la moralidad, no ha habido apenas cambios. Si por la fuerza de las cosas, el trabajo de las parejas, el hombre se ocupa un poco más de la casa y sus hijos, mi íntima convicción es que los dos seres humanos, el hombre y la mujer, debe tener los mismos derechos y la misma libertad «.
Su vida en Marsella
El 25 de enero de 1939, víspera de la entrada de los rebeldes en Barcelona, huyó a Francia. Una vez allí, fue internada en el campo de concentración de Clermont d’Erau.
Se casó con un francés, pero lo dejó cuando llegó a Marsella. Más tarde se convirtió en la compañera del anarquista Juan Martínez Vita, apodado Moreno, continuando juntos una activa militancia libertaria. En abril de 1945 fue delegada en Toulouse, en el I Congreso de la Federación ibérica de juventudes libertarias en el exilio. Posteriormente tomó parte en el grupo de teatro Acratia, mientras militaba en la CNT.

“No hay otra idea mejor para los humanos que la libertad completa, bien entendida, ahí he encontrado todo, más allá del anarquismo hay todavía más anarquismo, es fácil decirse anarquista, pero cuesta mucho serlo porque cuesta muchos sacrificios, es una manera de vivir.”
Desde 1979, participó en las actividades de la rama de Marsella del Centre international de Reserches sur l´anarchisme de Marsella. Fue coordinadora de 1988 a 1999. En la época que media entre abril de 1992 a junio de 1993, escribió sus memorias en un libro titulado De Toda la Vida, que en el año 2000 se tradujo al francés. Participó en dos obras colectivas, Mujeres Libres y Luchadoras Libertarias.
Pepita Carpeña murió el 5 de junio de 2005 y su cuerpo dentro de un ataúd, cubierto con la bandera rojinegra, fue incinerado.