Persigo un sueño de Carmen Nöel

Persigo un sueño.
Como una trampa me enredo en su laberinto.
Le veo crecer y crecer como la pompa de un destino
a punto de reventar en la tarde.
Persigo, sobre los surcos perdidos del río
su rostro de agua,
su nombre húmedo,
su inabarcable cauce de alma salvaje.

Persigo un pensamiento,
una palabra,
siquiera una frase que nos una
bajo el herido volcán de mi boca
taladrada por la llama de la tarde.
Persigo y persigo mi sueño.
Como una trampa me enredo en su sombra.
Una vez más.
Le veo temblar
lleno de luz blanquecina,
frágil, etéreo, delgado, fresco.
Como un sollozo,
le escucho latir y brotar
bajo los sauces colmados de tiempo.
Persigo su cintura. Persigo su cuerpo.
Bañado en el río constante y callado,
parece un clavel en letargo.

Persigo su voz. Persigo su aliento.
Persigo el monótono silbido del tiempo.
Persigo su alma imborrable,
desperdigada entre tantas cosas perdidas
por todas partes.
Persigo, sobre la margen dormida del río,
el silencio.


© Carmen Nöel
Imagen de Thiago Lazarino en Pixabay 

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