Recuerdo París de Carmen Nöel

Recuerdo un París enigmático y frío,
como atacado de una niebla
que borraba, con su lengua,
calladamente, los edificios.
Recuerdo una avenida inmensa,
un banco pequeño junto a una farola,
un océano de belleza
que se asomaba al espejo de un río
que lo atrapaba.
Recuerdo París.
Recuerdo la noche.
Recuerdo un reflejo muerto del viento helado
en el alma.
Recuerdo el hondo quejido de las vidrieras
de Notre Dame.
Las gárgolas desafiantes.
La luna rota.

El Sena herido.
Melancolía de una tarde que se apagaba.

Recuerdo París.
Calles de ensueño en imágenes de colores.
Buhardillas azules como violetas,
tremendos ventanales donde los sueños dormidos
se abrían, desesperados,
entre cortinas de un rojo absoluto
donde escapaba, burlón, un amor.

Recuerdo un paseo triste
bajo las ramas desnudas de Ponte Neuve,
el perfume reventado de una hoja muerta
en la primavera,
la lluvia cayendo lenta sobre el asfalto,
como un espejo que desplegaba en dos la ciudad.
Recuerdo un París traspasado de luz.
Bajo el otoño reinando, el pálido manto dorado,
con una nostalgia roja de rosas.
El tiempo y la belleza
profusamente dilatados sobre unos pétalos
como la esencia de un vino.
La herida lenta de una vida
que se abría a la plenitud.
Una ciudad que tomaba,
con aquel viejo sonido de acordeón y de lágrima,
el tibio cristal de mi alma.


© Carmen Nöel

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