Se han ido todas las mujeres

No vengas, mujer. Hoy no vengas, que hay otra. No traigas recuerdos amarillos ni borras de café entre tus versos. Por un minuto no vuelvas, que ya no tienes cabida.
Se han ido todas las que te habitaron. Han perdido sus pieles con el favor del tiempo. Vendrán nuevas. Tendrán la sonrisa más ancha todavía, lágrimas nuevas y brotes de ilusión en sus carteras.
No llegarán solas al hoy, bandadas de pájaros bosquejarán los cielos, dirán ¡que viva! ¡que sueñe como siempre!

Hay colas de arco iris para pintar rutinas, cómplice luna en tus noches de insomnio, jardines de poesía para caminar descalza.

Hay fuego para cocinar verdades, hay luz para tus miedos, hay volcán y ternura en manos de amante.

Hay agua. Vuelves al vientre madre en cada aliento de vida, buscas la abundancia en la lluvia y la fuerza del mar para tus ganas.

Queda atrás toda mujer que hayas sido y que no esté presente.

Otras mujeres y tú misma, fulana.


© Lucía Borsani

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