Se la tenía jurada
La típica del evento literario, el escritor sentado a la mesa junto al presentador, dos botellitas de agua y micrófonos. El libro les daba la contraportada llamando toda la atención en el inmaculado mantel. Hablaron suficiente de qué iba el libro, como siempre ocurre en estos casos. Entre el público estaba ella, esperando el momento de las preguntas para disparar. Cuando lo hizo fue fulminante. Todos se callaron. El autor había amagado tomar agua y en un segundo nomás con un manotazo impensado hizo caer el libro. La foto salió movida pero sin las manchas de sangre en el mantel, algo que vale destacar si hablamos de una última presentación.
© Lucía Borsani
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