Sin rostro ni pasado
Te busco, en medio del gentío y el tráfico infernal, en medio de la turba imaginaria que no llega, porque pereció en el abandono de una ciudad olvidada por todos y por ti, mi payaso perverso, amante ultrajado por la monstruosa lacra del cinismo. ¿Por qué te fuiste? Había otras maneras de empezar, otras formas menos radicales de olvidarlo todo. Alguien pasa a mi lado, alguien sin rostro ni pasado, sin futuro como yo, alguien desconocido y frío como tantos. Sonrío, fingiendo ignorar el karma colectivo que nos convoca, a olvidarnos nuevamente, a olvidarte amor, sobre la lápida incierta de tus pesadillas, en donde dejé las ligas negras que tanto te gustaban, para iluminar tus noches de nostálgica libido, porque aquí precisamente, aquí, la ciudad y yo aún te recordamos.
© Roxana Heise
Fotografías: Encima de la niebla