Tiempos de bloguera
En homenaje a La Coctelera
Volver y revolver. Como la cucharita en el té de menta que me ayudaba a digerir mis emociones. Y aquel suave vapor que me empañaba los anteojos, símbolo del aliento de las musas. Todo era un puzle de creación. Porque la noche no tenía reloj, ni los días agenda. “Mañana será mañana”. Volvería a revolver ese té mientras taconeaban mis dedos en el teclado, andando por la noche de la inspiración que no era tan noche, era luminosa: del otro lado sentía la respiración de ellos. A algunos los recibía a la vuelta del poema y desde lejanos lugares, pero estaban ahí, esperando mi verso y yo el suyo. O el de mi musa, sibarita del té de menta.
Yo esperaba su aparición, con el seudónimo “Loca por la luna”, imaginando cada voz, cada rostro. Éramos poetas desvelados a quienes la noche demoraba en empujarnos a la puerta de la mañana. “Mañana será mañana”, decíamos, y la red era telaraña, cóctel delicioso, puñado de almas asomadas al Sentir.
© Texto: Lucía Borsani
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