Tres grandes series carcelarias
Si hay un mundo que haya sido llevado al cine o las series en reiteradas ocasiones, ése es el de las cáceles, que se ha constituido en todo un género en sí mismo. Mundo aparte y en teoría lejano, presenta un microcosmos en el que todos los horrores tienen lugar, suscita por ello en el espectador toda clase de temores y sin embargo, ha ofrecido en los últimos años interesantes perspectivas y variantes dignas de mención que analizamos a continuación.
Os presentamos pues 3 grandes series de tema carcelario.
1. OZ, PRISIÓN FEDERAL. Creador Tom Fontana (1997-2003) (9,5/10)
Argumento
Todo un clásico, fue la primera serie dramática lanzada por HBO en 1997, mucho antes de que llegara Twin Peaks en el 99, la que para muchos inaugura el periodo de las Grandes Series. Apenas tuvo repercusión en nuestro país, y en cierto modo pasó desapercibida, quizá porque la claridad y el tratamiento de los personajes y las situaciones eran de extrema dureza para su época. Sin embargo, con el paso del tiempo los aficionados hemos seguido recordándola, hablando de ella y poco a poco ha empezado a ser reconocida como lo que es, una gran serie. Por añadidura, reúne entre sus protagonistas un gran plantel de actores desconocidos por entonces, que saltarían a la fama en las décadas siguientes y que aquí podemos ver en sus comienzos.
El argumento gira en torno a la Prisión de Alta Seguridad de Oswald, a la que todo el mundo conoce como Oz. Como muestra del cambio de los tiempos, se ha instalado en ella una unidad experimental, la Ciudad Esmeralda (Em City), con la que se pretende conseguir la rehabilitación de los presos. En apariencia limpia, impoluta como un quirófano, la Ciudad Esmeralda no deja de ser sin embargo una prisión, y sobretodo peligrosa. A pesar de las modernas instalaciones y del énfasis puesto en la rehabilitación de los presos, la prioridad sigue siendo la supervivencia y el miedo es el compañero constante, no solo de los internos.

Su creador Tom Fontana, contaba por aquellas fechas con más de 10 años de experiencia en series como Hospital (1982-1998), Tattingers (1998-1999) y Homicidio (1993-1999). Con posterioridad hemos podido ver recientemente otra obra suya, la interesante Borgia (2011-2014). Al frente de un equipo de 6 guionistas, en Oz se nos muestra a lo largo de 6 temporadas y 56 episodios, distintos personajes que pululan entre las paredes de la prisión. Nos muestra tanto a la Dirección de la prisión, las fuerzas policiales que controlan la seguridad del recinto, los responsables sanitarios, e igualmente vamos conociendo a los diferentes grupos de criminales detenidos, musulmanes radicales, blancos supremacistas, bandas Negras, la Hermandad Aria, bandas latinas, moteros, homosexuales o cristianos fundamentalistas. La extensión de la serie permite acercarse a cada una de estas realidades, matizando cada caso, sin tópicos y profundizando en unas realidades bien diferentes. Ante esta dura realidad, los responsables de la prisión tratan de buscar nuevas practicas que intentan recuperar a las personas hundidas en medio de tanta miseria. Nos ofrece de una forma brillante, con detalle, cada matiz de los problemas que viven estos personajes y trata de acercarnos a una realidad compleja y de difícil salida. La dirección de cada capitulo, se muestra en todo momento ágil y atenta al desarrollo de la acción.
Reconocida enseguida por su gran calidad, ya en 1999 fue nominada por el Sindicato de Guionistas (WGA) a Mejor guión de una Serie Dramática, y en el 2000 Nominada por el Sindicato de Productores (PGA) a Mejor serie de TV Dramática.
Intérpretes
Uno de las características principales que la hace singular, es que al comienzo de cada capitulo, uno de los presos hace una serie de reflexiones filosóficas mirando a cámara, tratando de centrar el tema en torno al cual va a girar el episodio que vamos a ver a continuación, lo que le confiere un aire poético de destino ya escrito e inevitable. Lo que tenga que pasar pasará. Un plantel de grandes actores da soporte a todo el entramado, entre los que destacan nombres como el Alcaide de la prisión Leo Glynn interpretado por Ernie Hudson, que es la máxima autoridad en Oz, encargado de las decisiones de mayor responsabilidad. Es un hombre que trata de ser imparcial, y suele apoyar a McManus en su proyecto de la Ciudad Esmeralda, a pesar de los conflictos. Lee Tergesen en el papel de un abogado condenado por conducir en estado de ebriedad, el intenso Dean Winters es un preso estadounidense que como muchas veces es, de origen irlandés y uno de los personajes centrales del programa de reinserción, Terry Kinney como Tim McManus, es el creador del proyecto experimental de Ciudad Esmeralda, o J. K. Simmons en el papel de líder de la Hermandad Aria, Kirk Acevedo como el líder de los presos latinos en la prisión, y una desconocida Edie Falco como la Agente Diane Whittlesey, que luego saltaría a la fama como Carmela, la esposa de Tony Soprano y mas tarde como la Enfermera Jackie. Todos ellos cumplen a la perfección con su trabajo a la hora de mostrar a los personajes en toda su complejidad.

En resumen
Revolucionó el mundo de la TV, haciéndonos sentir la confusión y el horror del mundo carcelario. Sobre ella empezaría a asentar su nombre y su prestigio HBO. Por entonces su lema era: “Esto no es TV, esto es HBO”. Para muchos la mejor serie carcelaria de todos los tiempos. Dura pero a la vez brillante y esclarecedora. Tras su visón el mundo se ve de manera diferente. Una serie que tiene que conocer todo buen aficionado.

2. CONDENA (2021). Creador Jimmy McGovern (9/10)
Argumento
De las producciones de este año, hay que destacar sin ninguna duda, a esta serie de la BBC que nos ofrece Movistar+, en la que por una vez la traducción castellana del título es mejor que el título original en inglés, un aséptico Tiempo (Time). Se trata de una Miniserie de 3 capítulos, en la que se nos cuenta la historia de Mark Cobden (Sean Bean), en el momento de entrar en la cárcel. Aunque en principio no sabemos que es lo que ha ocurrido, lo que se nos irá desvelando poco a poco a lo largo de los tres episodios, nos muestra a un ciudadano respetable, padre de familia y profesor, si bien tiene un problema con el alcohol. Su vida sin embargo, toma un giro radical cuando estando ebrio atropella a un hombre y se da a la fuga, siendo condenado por ello a cuatro años de prisión. Cobden vive atormentado por la culpa, mientras se ve inmerso en el terrible mundo carcelario, desconocido para él, convirtiéndose por ello en blanco fácil de los reos más violentos y peligrosos. Al entrar, es puesto bajo la tutela de Eric McNelly (Stephen Graham), un veterano funcionario de la prisión. McNelly trata con autoridad y mano firme a los presos, pero se ha esforzado en formarse realizando estudios de mediación y reconciliación entre víctima y agresor. No estamos por tanto ni ante el típico delincuente recurrente, ya que Cobden se muestra arrepentido de lo sucedido, ni ante el típico carcelero brutal, pues McNelly cumple con su trabajo honradamente y trata de ayudar a los presos en su día a día. Pero el mundo que les rodea sí que es verdaderamente terrible, hasta el punto de que afecta de modo especial e inesperado a sus entornos familiares respectivos. Igualmente reseñable es el papel de la monja Marie-Louise, que apoya espiritualmente a los internos, interpretada con gran acierto por la veterana británica Siobhan Finneran nacida en Lancashire. Es una magnífica actriz, conocida por su trabajos en Downton Abbey (2010), Boy A (2007) y sobre todo por Happy Valley (2014) donde dejó una huella imborrable.
El planteamiento como podemos ver es bastante original y se aleja de las típicas series sobre cárceles. En este caso, no se centra en mostrar la dureza de los centros penitenciarios, tampoco lo evita, simplemente no es el objetivo principal de la serie. Su intención es doble. Por un lado nos hace reflexionar sobre la utilidad para la sociedad y para el preso, de la condena a la privación de libertad durante años, para facilitar o no la reinserción. Pero también, nos muestra como en este contexto es el proceso de aceptación y superación de la culpa, como afecta a su entorno social y familiar y finalmente en la posibilidad de apoyarse o no en el encuentro con las víctimas.
El guionista y creador es James Stanley McGovern, nacido en 1949 en Liverpool. Cuenta con una dilatada trayectoria como guionista de series y películas durante más de 30 años. Ha trabajado en más de 30 producciones como guionista y una decena como productor. Es conocido por series como The Brookside (1982-2003), The Street (2006-2009), Cracker (1993-2006) y el trabajo anterior a este que nos ocupa, Moving On (2009-2021). Esta experiencia se nota para bien en la magnifica construcción de los personajes, en su detallada evolución y en saber dosificar la información sobre lo ocurrido para mantener la tensión y seguir atentamente el desarrollo de la trama.
Por su parte el director Lewis Arnold, cumple con eficacia dando muestras de su experiencia de casi 15 años, en los que ha dirigido series como la famosa Broadchurch (2013-2017) que pudimos ver en España y especialmente en la extraordinaria Humanos (2015-2018), en la que consiguió trasladar el inquietante mundo del futuro de los robots humanizados.
Intérpretes
Indudablemente uno de los puntos fuertes de la serie es la interpretación de dos actores en estado de gracia. Tanto Sean Bean como Stephen Graham no solo están soberbios en sus respectivos papeles, es que no sobreactúan en ningún momento, siendo capaces de trasladar al espectador la tormenta de sentimientos internos por los que atraviesa el personaje, mientras la cámara confía plenamente en su trabajo y nos ofrece unos primeros planos de sus actuaciones simplemente memorables, especialmente en el caso de Stephen Graham que nos muestra dos perfiles completamente diferentes y ambos creíbles, de la evolución de su personaje. Veterano actor conocido por sus trabajos anteriores en Gangs Of New York (2002), la extraordinaria y muy recomendable The Line of Duty (2012-2021), o The Virtues (2019), refrenda aquí una vez más, su buen hacer.
Por su parte a Sean Bean, gran actor con más de 40 años de experiencia, desde los lejanos tiempos de películas como Lunes Tormentoso (1988) de Mike Figgis, le recordamos por la inolvidable Juego de Patriotas (1992) de P. Noyce, el magnífico Boromir de El Señor de los Anillos (2001), Marte (2015) de Ridley Scott, la serie Broken (2017), o también en la muy interesante serie de Los Medici (2018), aunque algunos nunca lo olvidarán por su famoso papel en la primera Temporada de la serie Juego de Tronos (2011), donde empieza siendo el protagonista y acaba desapareciendo antes de terminar la primera temporada, en el que indudablemente es uno de los momentos claves de la serie, creando un precedente que ha dado pie a múltiples debates, porque a partir de su desaparición la serie tomó un rumbo imprevisible, para bien y para mal.

En resumen
Estamos pues, ante una serie que profundiza en el estado anímico de los protagonistas y de las personas que les rodean, mostrando como la prisión no solo afecta a los detenidos, sino a todo su entorno social y familiar. El ritmo narrativo se mantiene con buen pulso a lo que ayuda la brevedad de la temporada. Altamente recomendable.
3. ETA, EL FINAL DEL SILENCIO (2019). Creador Jon Sistiaga (8/10)
Argumento
El enfoque que acabamos de comentar en Condena, nos da pie para traer esta interesante serie documental, premiada como Mejor Formato en la categoría de Documentales Culturales y Divulgativos en El Zoom Festival Internacional de Contenidos Audiovisuales de Cataluña.

Creada por el periodista vasco Jon Sistiaga, se trata de una serie documental de entrevistas de 7 episodios, en los que la trama es muy sencilla en su planteamiento y a la vez muy compleja en su desarrollo. El 7 de junio de 1968, ETA asesinaba al Guardia Civil José Pardines. El 3 de mayo de 2018, un comunicado de la banda terrorista anunciaba su disolución. Entre esas dos fechas, 50 años de terror, miedo, dolor, treguas, negociaciones y 826 muertos. La serie se propone dar voz a las víctimas del terrorismo de ETA. Nos sitúa cara a cara ante el cambio político y social que ha tenido lugar en el medio siglo de existencia de ETA: “Se contarán sus historias individuales y colectivas, y a través de sus ojos se entenderá mejor el conflicto, la fortaleza y valentía de la sociedad española, que sumadas a las investigaciones policiales y a los errores de los terroristas, sumaron la fuerza necesaria para que el fin de la banda fuese posible.”
Lejos de todo planteamiento maniqueo, se aborda la complejidad del conflicto y sus múltiples facetas. Intenta facilitar en la medida de lo posible, cuando ambas partes aceptan, el diálogo entre los verdugos y las víctimas, años después. Algunos todavía en prisión, otros con muchos años de cárcel a sus espaldas, sólo unos pocos han aceptado hablar con aquellas víctimas que también pocas, quieren hablar con sus verdugos. Y el resultado es sorprendentemente humano, inesperado y revelador.

Esta producción de Movistar+, aborda por tanto, los diferentes encuentros y conversaciones entre los protagonistas, alcanzando momentos de verdadera intensidad emocional. También indaga en el entorno estudiantil, y por tanto más joven y alejado de los hechos, preguntando que conocimiento tienen de lo sucedido en aquellos años de plomo del terrorismo vasco, lo que aporta un interesante aspecto sobre la memoria y el recuerdo histórico, para descubrir que la mitad de los universitarios vascos no saben quién fue Miguel Ángel Blanco. Se pregunta también, si esa desmemoria es buena o mala, si desconocer nuestro pasado reciente es un síntoma de buena salud social, o por el contrario, significa que se ha pasado página sin conocer la historia.
Jon Sistiaga, periodista de raza de amplia trayectoria, coge el toro por los cuernos y se adentra en la oscuridad de aquellos años. Pretende ponernos “cara a cara ante el cambio político y social que ha tenido lugar en el medio siglo de existencia de ETA, realizando un homenaje a las diferentes víctimas del terrorismo que azotó a nuestro país.”
En resumen
En definitiva, una interesante aproximación a un conflicto no por terminado superado socialmente, que nos ofrece momentos de una intensidad dramática que puede resultar difícil de soportar en algunas circunstancias, pero que sorprendentemente, aporta luces inesperadas en medio de tanta oscuridad.
