Tu mirada de Felipe Espílez Murciano
Esa mirada seria, bajo tus párpados de oriente,
tus manos recogidas en un nido de caricias,
por tu garganta suspiran, alegres, las fuentes.
Tu pelo negro como un sueño de golondrinas,
en tu blanca cara se enamoran los jazmines,
sentada en el escalón de agua de la escalera.
Tus pies, besando en silencio el suelo,
en tu kimono, un crisantemo de seda se hace flor,
a lo lejos, dos garzas levantan el vuelo.
Qué alegría de jardines guarda este silencio
en el que nuestras miradas se dan un beso.
Se apaga el día en Gion,
se enciende mi corazón,
un farolillo en mi pecho alumbra tus ojos en flor.
Texto e imagen © Felipe Espílez Murciano