Un sueño (Segunda parte)
Nunca me había parado a observar las miradas que levantaba a mi alrededor, siempre me ocupaba más de ir bien vestida, pero sin ostentación de mi físico y resulta que ahora con los años que tengo, despierto admiración.
Como no sabía lo que podía durar esta situación de extrema anormalidad en mi persona, decidí que iría con esa ropa provocativa que llevan ahora las más jóvenes, luciría con mis taconazos, esos que siempre me gustó llevar, iría a un instituto de belleza a que me enseñaran a pintarme más acorde a los tiempos actuales. Siempre fui incapaz de pintarme esa raya con el “eye liner”, salía cualquier cosa menos unos ojos agrandados.
Me compraría unos vestidos ajustados y cortos, ahora luciría esas piernas que decían que tenía bonitas, en fin, estaba decidida a dar un vuelco a mi imagen. Aceptaría esas invitaciones de mis amigas para salir a bailar y tomar unas copas. Iría a por todas, a vivir lo que no hice anteriormente.
Terminé la jornada de trabajo, según me estaba acercando a mi casa, me notaba más cansada y la espalda empezaba a dolerme con esa intensidad que te avisa, “ojo con los tacones”
Cuando por fin llegué a mi piso, lo primero que hice fue quitarme esos zapatos que me estaban martirizando.
Al llegar al dormitorio, me veo en el gran espejo de cuerpo entero que tengo en el frente del armario y entonces DESPERTE y comprendí que en mi subconsciente estaba latente la cantidad de cosas que dejé de hacer y sentir en mi vida.
Todo había sido un sueño
© Maruchi Marcos Pinto
Incluido en mi próximo libro