Viaje de ida
Subí la cuesta para dejar atrás toda una semana, marcar un antes y un después, borrar el sabor agrio de los horarios, el olor ácido de las agendas, caer donde nadie me conozca; en aquella fonda entre las nieblas, a la vista de aquellas montañas, a tiro de la mirada de aquella amazona con su trenza.
Escribo para esperar y degustar nuevamente aquella milanesa.
