Vivamos de Carmen Nöel
Vivamos.
Tornemos a buscar el fiel refugio juvenil
que siempre, al margen de la sombra fresca del verano,
nos espera.
Volvamos a comer los suaves frutos
que en el árbol por nosotros maduraron
y andemos sobre la serena hierba fresca aún no pisada.
Volvamos a creer que el infinito cielo claro nos acoge y nos deslumbra,
y la incesante fragancia del aire, caliente y fugaz,
nos invita a volar, acoplados a su insinuante seno.
Volvamos a sentir que el viento de la tarde nos inunda,
que el alma, bañada de libertad y corazón,
tomó la posesión de su corona y su cetro.
Bebamos. Soñemos.
Busquemos entre los besos calientes del día
aquellos tesoros perdidos,
saquemos los pálidos soplos de alma a las rosas heridas,
despertemos al agua, acariciemos,
en cada pétalo tibio, repleto de savia y de sol,
el corazón de la nube y del universo.
Amemos. Licuemos el néctar sagrado del fuego,
destilemos la esencia que engendra esencias,
volquemos en el oscuro reino interior de la noche,
el conglomerado infinito de estrellas que compusieron un nombre.
Imaginemos.
Lancemos, como dardos voladores hacia la nada caliente,
cada matiz de ilusión donde la vida o la sangre no alcance.
Inventemos
sobre la margen azul del universo cambiante
una fragancia ausente que se despierte.
Levantemos, por decreto, la libertad en su reino.
Volquemos una montaña.
Inventemos la atronadora caricia del mar.
Sobrevivamos a cada gota de muerte,
desde el abismo espectral
hasta la sombra difusa del Arco Iris en sus comienzos.
Creemos. Creamos.
Que, en medio del horror,
en medio del desastre y de la tormenta,
en medio de la ilusión destronada,
un transparente latido resurja, como un enigma pequeño,
por cada lágrima.
Despertemos. Comencemos.
Abramos el infinito cauce que encierra,
por cada gota de luna sangrante, un universo loco de plenitud.
Dancemos.
Mañana se engendra de hoy
continuamente, secretamente,
sin pausa, sin límite, sin remedio.
Seamos.
Sepamos que somos los gestadores de la belleza del mundo
en toda su dimensión.
© Carmen Nöel
Imagen de Daniel Hannah en Pixabay